preguntas frecuentes

La decisión de pedir ayuda depende de ti, varios factores que pueden hacerte llegar a dar este paso son:

-El ser consciente que muchas veces no puedes con todo, ya que tampoco es cierto que debas saberlo todo y hacerlo todo bien, es esa situación la que también podría movilizarte a una consulta. Esto no quiere decir que haya algo mal en ti o que seas un desequilibrado mental.

-La intensidad de la incomodidad emocional o el sufrimiento que puede influir en tu bienestar mental y físico. No necesariamente quiere esto decir que estés loco sino de que necesites de herramientas para gestionar de otra manera el estrés o los problemas.

-Existen también situaciones nuevas o el hecho de empezar etapas diferentes de la vida a las que tendrás que enfrentarte, para lo cual también podría ser importante contar con un apoyo y orientación que te permita una sana adaptación.

Pueden existir un sin número de situaciones que puedan requerir ayuda profesional, algunas de estas razones pueden ser las siguientes:

-Cuando no encuentras un apoyo externo o tienes miedo de preocupar a los que quieres con tus problemas; encontrar un momento y un lugar reservados únicamente para ti y para expresar lo que te inquieta.

– Cuando a veces en medio del dolor que sientes, tiendes a evitar pensar en lo que te asusta o preocupa, e incluso negarlo.

– Cuando el esperar a que las cosas cambien por sí solas ya sabes que no te funciona.

En la psicoterapia tienes una oportunidad, que no la única, de ser agente activo de tu vida.

Puede que ir a psicoterapia sea una de las primeras cosas que hagas para empezar a cuidarte y a dedicarte atención. Debes contar con que dentro de las sesiones te encontrarás con las siguientes situaciones:

-El psicólogo no oye tus problemas, te escucha a ti como persona: tu lenguaje, tus gestos, tus emociones, tus reacciones, tus elecciones, etc. Pero no te examina para calificar de buena o reprobable tu conducta. Necesita conocerte en profundidad y hacer una valoración exhaustiva de tus pensamientos, sentimientos y conductas para saber mirar por tus ojos.

-En cada sesión, al psicólogo le interesa profundamente conocer cómo ves el mundo y como interactúas con él, pero en las sesiones no te sentirás juzgado, ni condenado, porque ese no es el rol del terapeuta ni forma parte de sus competencias.

-En la psicoterapia encontrarás una ayuda para tomar conciencia de lo que te está ocurriendo, para verbalizar tus miedos, para darte cuenta de la parte de responsabilidad (que no culpabilidad) que tienes en tu problema.

– En una consulta de psicología puedes identificar y cambiar pensamientos distorsionados y patrones de conducta que te generan malestar, además de desarrollar nuevas habilidades para alcanzar tus objetivos. En definitiva, encuentras un asesoramiento que te dota de recursos, técnicas y estrategias para que seas tú mismo el que resuelva tu problema.

¿Cuánto dura una consulta? ¿Con qué frecuencia debo ir a la consulta?

Partiendo del hecho de que según la situación de cada persona puede haber flexibilidad en cuanto al tiempo y la frecuencia de las consultas, en general las sesiones se programan de la siguiente manera:

La duración de las consultas individuales son de aproximadamente entre 50 minutos.

La frecuencia de las consultas son semanales pueden estar entre 1 y 2 sesiones a la semana.

No todos los tratamientos necesitan fármacos.

La terapia cognitivo-conductual, ha demostrado ser una alternativa más eficaz y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión y, a diferencia del tratamiento farmacológico, no supone ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso.

De hecho, las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, tanto internacionales como nacionales (como la del National Institute for Health and Clinical Excellence –NICE-), recomiendan la terapia cognitivo-conductual como el tratamiento de primera elección para el trastorno depresivo leve y moderado, el trastorno de angustia, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias específicas.

En casos específicos en los que se dificulta el trabajo netamente psicológico es recomendable que el paciente considere la ayuda de los fármacos.

El Psicólogo en ningún caso recetará fármaco alguno a las personas que acuden a su consulta. Ésta intervención les compete directamente a los profesionales médicos, siendo necesaria una interconsulta.

Se pueden combinar los dos tratamientos sin ningún inconveniente, es decisión del paciente si quiere seguir el tratamiento con un psicólogo aparte de la medicación.

El paciente debe tener en cuenta que el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios en comparación con el tratamiento farmacológico, tales como:

Una mayor adherencia al tratamiento.

Una disminución significativa del riesgo de recaídas.

Una elevada tasa de recuperación (es decir, a diferencia de los fármacos, no deja ninguna «patología residual»), evitando la cronificación del trastorno y disminuyendo, consiguientemente, el número de visitas al médico y los días de hospitalización.

La psicología («psico», del griego ψυχή, alma o actividad mental, y «logía», -λογία, tratado, estudio) es la disciplina científica que estudia los procesos psíquicos, incluyendo procesos cognitivos internos de los individuos, así como los procesos sociocognitivos que se producen en el entorno social, lo cual involucra a la cultura. El campo de los procesos mentales incluye los diversos fenómenos cognitivos, emotivos y conativos, así como las estructuras de razonamiento y racionalidad cultural.

Un psicólogo es un profesional en el campo de la salud mental y del comportamiento humano.

La psicología no se basa en los credos sino en la ciencia. Es una profesión con soporte científico, con grupos de investigación cuya finalidad es mejorar la salud mental y física de las personas. Su objetivo es ayudar a la persona a que identifique la raíz de sus problemas, a que recupere su bienestar, a que resuelva sus conflictos dotándole de las técnicas necesarias para ello.

Si. En mi caso, mi número de colegiada es CM 02229. Pueden consultar la web del colegio de Psicología de Castilla La Mancha, donde podrán obtener más información: http://www.copclm.com/

• No creo en eso de la psicología.
• Nadie me va a cambiar.
• No voy a cambiar ahora.
• Que no lo sepa nadie…
• Pensarán que soy «raro»…
• Pensarán que estoy «loco».
• Los problemas los tengo que solucionar yo solo.
• No me van a entender.

Abandona éstos prejuicios.

Nos creemos lo que nuestra mente nos dice y muchas ocasiones nos engaña y nos tiraniza.

Tememos dar pasos, tomar decisiones, hacer cosas, sólo por que nuestra mente dice: «No podrás», «Se reirán», «Vas a equivocarte» y «Eso será terrible, te rechazarán». Estas creencias nos paralizan, nos incapacitan.

Si alguien pudiera ayudarte a distinguir los pensamientos falsos de los correctos, ¿No lo consultarías?

Una consulta psicológica es igual a cualquier otra consulta médica.

La psicología clínica es una rama de la psicología que se encarga de la investigación de todos los factores, evaluación, diagnóstico, tratamiento y prevención que afecten a la salud mental y a la conducta adaptativa, en condiciones que puedan generar malestar subjetivo y sufrimiento al individuo humano.

La psicología clínica tiene algunas orientaciones teóricas primarias: Terapia de la conducta, Terapia cognitiva, Psicoanalítica o Psicodinámica, Psicología humanista yTerapia Familiar Sistémica. Prácticas centrales de esta disciplina son el diagnóstico de los trastornos psicológicos y la psicoterapia, así como también la investigación, enseñanza, consulta, testimonio forense y desarrollo de programas y administración.

Más información en el Consejo General de la Psicología de España: http://www.cop.es/ 

• Reconocimiento de que existe un problema en su vida.
• Voluntad para participar en la búsqueda de sus creencias falsas.
• Valentía para tomar decisiones.
• Veracidad en la información.
• Confianza en el proceso que se inicia.
• Participación activa.
• Paciencia.

Otra de las preguntas frecuentes en psicología.