El conseguir aceptar la pérdida de un ser querido requiere experimentar un proceso en ocasiones doloroso o confuso, el cual exige a la persona un esfuerzo importante.
También se puede experimentar un duelo cuando la persona pierde algo a lo cual ha concedido un valor especial y significativo, y tiene que asumir que desde momento ya no estará más.
Cuando el proceso de duelo se prolonga indefinidamente y la persona tiene dificultades en retomar y mantener la calidad de vida anterior a la pérdida se hace necesario conseguir un apoyo profesional.